Bloqueos carreteros y mentales: la organización como un parámetro moral relevante

Hace varios días circulaba el comentario semanal para CISLE de Luis Pazos sobre los bloqueos en carreteras intitulado: ¿Radicales, fuero para violar la ley?

Quiero tomar los primeros dos párrafos de su reflexión y darles un final distinto, donde lejos de aplaudir y sugerir que el Estado de Derecho debe aplastar a los radicales que bloquean carreteras, quiero señalar los bloqueos mentales que explican lo parcial de las opiniones del señor Pazos, considerado por muchos un héroe liberal.

Sus primeros párrafos dicen:

En México hay dos varas para aplicar la ley. Una para los grupos organizados y otra para los ciudadanos no organizados, independientes. Si yo me paro en medio de una calle e impido el paso a los automóviles, la policía me remite a una delegación y me consignan por obstruir las vías de comunicación; pero si llego con 50 y digo que soy del “movimiento de unidad proletaria” o de cualquier otro, la policía desvía el tráfico, y si algún granadero nos toca, aunque yo le pegue con palos y le aviente piedras, lo acusamos de represión y de violar los derechos humanos.

Si solo rompo el cristal de un aparador de un comercio, me detiene la policía y me encarcela por daños en propiedad ajena; pero si lo hago junto con un centenar y digo que es en protesta contra el examen a maestros, entonces hasta un órgano legislativo, como pasó en el Distrito Federal, cambia las leyes para que obtengamos la libertad. Martí Batres, dirigente de Morena, el partido de AMLO, declaró que bloquear calles es una protesta social no un delito.

No trataré la crítica que señala que la raíz del problema es que las calles sean públicas (o el sistema educativo en el caso de su crítica de los grupos disidentes), y que un esquema de derechos de propiedad bien definidos sería más sensible y eficiente contra las transgresiones del principio de no agresión sin importar el numero de transgresores. No haré más que tomar las ideas de Pazos y las llevaré a donde los liberales de hoy se rehúsan a llevarlas: a una crítica del Estado de Derecho.

¿La organización te hace más? ¿Estar organizado te hace mejor que los demás o te pone en un plano moral/legal superior? En mis tiempos de formación como politólogo esta era una pregunta que siempre me molesto. La respuesta aparentemente común es que la democracia liberal es un buen sistema ya que permite que tu como individuo -que opina x o y sobre un tema- te organices con otras personas que piensan lo mismo y entre todos luchen por “subir” sus preferencias al Estado de Derecho. Una vez que éstas son reconocidas por la legislación pasan a formar parte de la “voluntad general”. Supongo que eso está en la mente del señor Luis Pazos al aplaudir que se use la violencia contra estos “radicales”. Al final, en esto se basa la idea de que una “autoridad” tiene la autoridad para usar la fuerza contra quien lo contradiga.

Pero el individualismo y el rechazo a la movilización de masas rápidamente me llevó a considerar la libertad moderna, como la llamaría Benjamin Constant: el derecho de ser un idiota en los términos antiguos, aquél que no se ocupa de los asuntos de la polis . Esto no significa más que reconocer que un individuo tiene suficientes preocupaciones con las elecciones que enfrenta día a día para seguir su propio camino a la felicidad (o cualquier otro fin que tenga el individuo), como para además imputarle obligaciones con respecto a los asuntos políticos de su sociedad; que la modernidad y las revoluciones liberales nos han llevado a ganar y defender ese derecho. Esta idea no está ausente del texto de Pazos. Al final de cuentas él defiende al ciudadano independiente vis a vis los grupos organizados con intereses políticos. La libertad es cuando logramos que el Estado no nos limite ni interfiera en nuestras vidas, no cuando participamos de él para limitar a todos.

Pero los liberales de por acá son incapaces de reconocer que el Estado de Derecho que tanto defienden no es más que la legislación que resulta del juego de grupos organizados frente a otros grupos organizados. El individuo y su libertad no existen. Tampoco existe en este arreglo lugar para otras ideas más chairas como la igualdad. Como dice Carlos Rodríguez Braun, muchas de las cosas que hace el Estado (como la redistribución) no sigue una dinámica de ricos a pobres, sino de grupos organizados a desorganizados.

Les pregunto entonces si el acto de organizarse representa un parámetro moral digno de sopesarse en la balanza de la justicia frente al principio de la libertad individual. Si su respuesta es sí, pues el planteamiento de Pazos se debilita y quizá sea correcto que existan dos varas para aplicar la legislación. Para los que respondemos con un rotundo no, la lógica nos permite criticar tanto el trato especial a dichos grupos como nuestro sistema democrático que posibilita lo que Frederic Bastiat llama un esquema de robo generalizado, el robo de todos contra todos, al convertir en ley sus preferencias.

Los radicales, señor Pazos, no estamos en las calles jugando el mismo juego que los políticos. Los radicales de verdad queremos que el juego se termine.

twt: @menosgobierno

ps. En The Liberty of Ancients Compared with that of Moderns, Constant no menciona que la libertad moderan sea superior a la antigua. De hecho invita a pensar en como balancear ambas concepciones para lograr el mayor grado y de libertad. Si bien defiendo a capa y espada el derecho de ser un idiota, en mi actuar reflejo un interés por cambiar la situación política de mi entorno. Soy más antiguo de lo que pensarían, simplemente no me parece que sea un requisito que deba ser generalizado, ni mucho menos un parámetro moral para sobreponer mis preferencias a las de los demás.

Esteban

Minarquista de Mercado. Politólogo e Internacionalista por el CIDE, Ma. en Economía Política por King´s College London. Moderado entre los radicales y radical entre los moderados. Interés en filosofía moral y política, historia de las ideas, y análisis institucional. Yo también estuve allí cuando nació el MLM. @menosgobierno

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3 Respuestas

  1. Esteban dice:

    Debo reconocer que Luis Pazos tiene un libro interesante sobre los derechos de propiedad como paradigma para la preservación ecológica. No todo lo que dicen nuestros liberlights esta equivocado :D

  1. 2013/07/04

    […] términos como “justicia” cuando nos referimos a un acto del Estado en el que reacciona a demandas organizadas, al menos sí nos consideramos libertarios. Esto no implica el no poder mostrar empatía con la […]

  2. 2013/09/23

    […] de Estado de Derecho olvidan que en la desobediencia civil y las movilizaciones políticas son parte del juego que aceptan jugar. Por lo que no es posible hacer un caso fuerte a menos que supongan que ellos como individuos valen […]

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