La lucha del Movimiento Libertario de México
Cuando todavía no era libertario, cuando no tenía clara esa misión en la vida, cuando era adolescente, nunca había escuchado o leído que alguien luchara por la libertad. Era para mí “libertad” apenas una palabra más pero sí tenía en mi alma preconfigurado ese sentimiento que tiene todo aquel que cuenta con un espíritu libre. No tengo como muchos una anécdota de algún libro o discurso que me haya vuelto amante de la libertad, como sé que lo tienen otros. Creo que fue una suma de eventos los que fueron cambiando mis puntos de vista, lo cierto es que de pronto advertí en mí interior una fuerte ilusión, algo tan brutal como el golpe de un relámpago, como el viento de un huracán, una especie de inquietud hacia la acción, hacia el estudio, algo que a la vez que me hacía ver visiones de mundos mejores también me indignaba, me hacía sentir lo injusto, la opresión, cadenas de todo tipo y la urgente necesidad de romperlas a cualquier costo. Ahora que soy adulto sigo sintiendo eso mismo y me siento orgulloso de pertenecer al Movimiento Libertario de México (MLM) donde sé que hay quienes, al igual que yo, sienten ese mismo rayo de energía y la misma necesidad de ser libres.
Thoman Mann escribe en su novela La muerte en Venecia que “… casi todas las cosas que existen son grandes porque se han creado contra algo, a pesar de algo: a pesar de dolores y tribulaciones, de pobreza y abandono; a pesar de la debilidad corporal, del vicio, de la pasión”. Así mismo pasa con el MLM. Recuerdo cuando los libertarios en este país eran como estrellas en un cielo nublado. Se podía ver de pronto uno por allí, otro por allá y la sensación de soledad nos iba invadiendo y no obstante seguíamos buscando gente como nosotros para dejar de ser tres o cuatro y volvernos seis o siete. Mucho nos esforzamos y mucho resistimos y después de momentos buenos y malos, pero siempre con la esperanza por un futuro, nos fuimos haciendo más, a la vez que la idea de un movimiento fue naciendo. Finalmente se materializó hace algunos meses. Esos cielos oscuros y nublados se han ido despejando y hoy vemos con alegría que más libertarios están apareciendo.
Cada generación enfrenta desafíos. Nosotros lucharemos por la libertad de ahora en adelante. Esta lucha es tan importante que a medida que cumplamos nuestros objetivos, no sólo la libertad sino la paz y la justicia recuperarán su lugar en este mundo y no habrá niños ni adultos, hombres o mujeres o ancianos viviendo bajo opresión y sin esperanza.
Estoy seguro que al MLM se unirán muchas más personas. Uno a uno esos defensores de la libertad a los que considero verdaderos héroes se sumarán a estas filas. Y donde alguna vez pensamos que había oscuridad habrá una nueva luz que nunca se apaga. Donde vimos por un momento la amenaza de perdernos en un camino sin salida nos habremos de encontrar de verdad con nosotros mismos. Donde sentíamos que estaríamos luchando solos ahora estaremos hombro con hombro, luchando con un amigo.
EL MLM es un movimiento abierto, todo el que quiera ayudar es bienvenido. El MLM no es un movimiento con una visión unilateral, sus integrantes son ante todo individuos con propia razón y acción. Pero el MLM si tiene límites y propósitos: el mensaje y la acción libertarios. Fuera de estos límites ninguna acción, dentro de estos límites y por estos propósitos, cualquiera.
El MLM inaugura así, una nueva etapa en la lucha por un México libre, por un mundo libre. Los miembros del MLM son comerciantes, son estudiantes, empresarios, filósofos, economistas, emprendedores, amas de casa, gente de a pie, individuos. Todos ellos han decidido dejar un momento su negocio, un momento su estudio, su casa, sus clases, sus diversiones y hoy están aquí, reunidos por una misma causa y declaramos que lucharemos por extender el dominio de la libertad y que todos juntos y organizados, sin duda cumpliremos esa meta.