Respuesta personal al artículo ¿En qué diablos creen los liberales? de Xiuh Tenorio

Como sabrán, nos hemos montado al debate sobre el nuevo #impuestoalchesco. Se nos ha acusado de recibir dinero de los monopolios refresqueros –lo que sea que eso signifique – y de radicales autodenominados liberales/libertarios. Aquí una respuesta no institucional que le ofrezco a Xiuh Tenorio a raíz de sus comentarios en twitter y su artículo publicado el día de hoy en Zócalo D.F.

Se podría llamar algo así como ¿En qué diablos crees tú? pero bueno, vamos punto por punto (según su artículo).

1) Impuestos. Divertido argumento, te propongo el siguiente. No hay país en el mundo, inclusive dentro de las democracias más liberales, donde no exista la corrupción o el tráfico de influencias ¿nos vas a mandar a Marte de nuevo si criticamos que exista injusticia en el mundo? Ya sé que crees que los liberales/libertarios deberían preguntar para qué se usa el dinero y no de donde sale. Tu lo dirás porque eres empresario político, y como vives de ese dinero no te importa de dónde sale. El liberal/libertario que no vive de los demás prefiere que cada quién procure sus medios para vivir, y todo impuesto significa la violación de ese principio. Respondiendo a tu pregunta: Si lo que te preocupa es que Coca Cola nos pague, y tu sospecha necesita que sólo estemos en contra de ese impuesto, puedes estar tranquilo que vamos contra TODO impuesto. Si ponemos hincapié en este, es porque es menos difícil impedir que genios como tu nos metan un nuevo impuesto que pedir que quiten uno que ya nos comimos.

2) Preguntas ¿quién paga los costos asociados a la obesidad y si ¿no es una posición liberal pedir que el Estado prevenga estos padecimientos y que destine esos recursos a otros fines? Sólo una respuesta no-liberal a tu primera pregunta puede justificar tu presunta postura liberal de “ahorrarnos” dinero. Te explico, sólo cuando TODOS pagamos por los hábitos y enfermedades de TODOS puede tener sentido que nos quieras quitar más dinero a TODOS para que TODOS paguemos menos y TODOS puedan decidir sobre que puedo o no hacer con mi cuerpo. La respuesta liberal a tu primera pregunta es que cada individuo debería pagar los costos asociados a las consecuencias de sus hábitos. Así que no, no es liberal pedir que el Estado prevenga crímenes sin víctima. Si es liberal pedir que el Estado no siga creciendo, y sobre todo, comprender que los incentivos para mejorar los hábitos funcionan mejor en un libre mercado de aseguradoras y servicios de salud.

3) Tu barril sin fondo. Ese tercer punto no tiene ningún sentido, ¿Los “liberales” en contra de contener un gasto público ocioso? Los libertarios concebimos todo gasto público como ocioso, y los liberales no keynesianos también pueden entender fácilmente que no podría existir otro tipo de gasto público. Si atacas nuestra postura atácala bien. La salud pública es propia de tus argumentos, no de los nuestros, por lo que sus problemas los deberías de resolver tú, no yo. Nada más no engañes a la gente diciéndole que un 20% de impuesto al refresco va a salvar la situación de una salud pública colapsada o que evitará su colapso “mayor” en un futuro.

4) Ciudadanos libres. Ahora resulta que tú quieres liberar a los ciudadanos. Por un lado resulta muy peligrosa tu concepción de libertad donde sólo eres libre de tomar buenas decisiones (de acuerdo a tu teoría del bien). La libertad no significa nada si no puedes equivocarte y aprender; pero bueno, te haré el favor de aclarar tu argumento: los niños no son libres ya que no cuentan con la información necesaria ni la capacidad de analizarla. Te concedo el punto, pero niego la conclusión de que la tutela de los niños debe pertenecer al Estado. La autoridad paternal le corresponde a los padres de familia; Locke ya explicó a Filmer desde hace tiempo que el gobierno no está para ser paternalista y no posee legitimidad para hacerlo. Si crees que posees información privilegiada que ayudaría a los padres a hacer una mejor guía en la alimentación de sus hijos, difúndela y trata de convencer a las demás personas de ello.

Lo que acabo de decir lo has rebatido ya antes. En twitter mencionaste que este no era un problema que se solucionara con spots o campañas. Me queda claro que para ti las cosas se solucionan vía el Estado. Quizá eso explica por qué tu fundación tiene campañas de pésima calidad como “vive ser Delgado” que evidentemente no sirve para nada más que conseguirte un huesito como suplente del senador Mario Delgado. Nadie te criticó ni multo por hacer propaganda política antes de las precampañas, pero tampoco te extrañe que tu fundación no sirva para nada (más que para tu emprendedurismo político). Que las refresqueras tengan mejores comerciales es tu culpa, ¿Qué sigue? ¿prohibir buenos comerciales refresqueros? ¿Por qué mejor no prohíben las malas campañas de las Fundaciones que luchan contra el sobrepeso? De entrada, quizá porque las prohibiciones sirven para poco, como tu campaña lo demostró con las prohibiciones electorales.

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5) Falsos defensores de la libertad. Mencionas que si los que proponen el impuesto son liberales, pues la propuesta debe ser liberal, por lo tanto los liberales deberíamos apoyarla. Dime, ¿tu cruzada contra el derecho de los propietarios a decidir como usar su negocio, haciendo “públicos” sus bares y restaurantes nos ha hecho un país más libre? vaya, hasta medallitas te dieron. ¿O te refieres a Alejandro Calvillo?, con su organización supuestamente encaminada a empoderar al consumidor que ni en su propia descripción puede evitar dibujar al consumidor como un retrasado que debe ser protegido vía el Estado de la televisión. Perdón, pero ustedes defienden al individuo de la libertad y los comerciales, nosotros lo defendemos del Estado. Eso dice mucho de quién es quién.

Suscribes con que Montaner al decir que “de lo que se trata es de que los poderes públicos no sean más que los necesarios y que la rendición de cuentas sea mucho más sencilla y transparente. Esto es, finalmente, lo que creen los liberales, el resto son pamplinas”. Te informo, dado que tu ignorancia sólo puede ligar el libertarismo con anarquismo, que soy miembro del MLM y soy minarquista. Suscribo de igual manera con Montaner, y además cuento con una teoría solida de lo que es el hombre y sus derechos que me permiten decir que el único poder público necesario es el de la administración de justicia en un marco institucional que respete la propiedad de uno mismo. Ese es el marco institucional que posibilita “una convivencia fructífera y pacífica, es decir, el marco que posibilita el desarrollo pleno de los individuos”. Lo que haces no tiene nada de pacífico, usar al Estado para perseguir tu concepción del bien es violento. De liberal no tienes nada.

Quedo a tu disposición para acudir a cualquier espacio de debate y defender la libertad. Cualquier otro miembro del MLM lo podría hacer también.

#NomásImpuestos
@menosgobierno

Esteban

Minarquista de Mercado. Politólogo e Internacionalista por el CIDE, Ma. en Economía Política por King´s College London. Moderado entre los radicales y radical entre los moderados. Interés en filosofía moral y política, historia de las ideas, y análisis institucional. Yo también estuve allí cuando nació el MLM. @menosgobierno

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2 Respuestas

  1. RaCology dice:

    Muy bien. Existe mucha confusión con los términos liberal, libertario y anarquista. Existe mucha confusión con los términos en general. Ya sé que no es necesario que lo diga, ustedes seguro me entienden. Pero es necesario decirlo para los que no entienden aún. Para ello pondré un ejemplo de otro ámbito. “Ecología” es un término que la prensa y el público en general ha adoptado como sinónimo de “entorno” o “ambiente” (no escribo “medio ambiente” porque es un pleonasmo: medio equivale también a ambiente). El punto es que la mayoría de las personas se quedan con la “idea” o noción de lo que un término significa simplemente por el uso repetitivo que se le da en los medios y en las charlas cotidianas. Digamos que esto es algo normal del lenguaje que está vivo. Pero una de sus consecuencias es que por ejemplo las personas entiendan e integren equivocadamente un concepto. En el caso de “ecología” este término se refiere a la ciencia que estudia la vida desde el punto de vista de las relaciones que se dan entre los organismos y los elementos de su medio, así que expresiones como “Salvemos la Ecología”, “Protejamos la Ecología”, etc., carecen de sentido, es como decir: “Salvemos las matemáticas”. La repetición de este tipo de expresiones no ayuda a asimilar e integrar un concepto abstracto, y por lo tanto se concentra en casos concretos. Para la gente “Ecología” es todo lo que tiene que ver con rescatar animalitos, reciclar, protestar contra la contaminación, etc. Y no diferencian entre ecólogo y ecologista (dos términos también distintos). Así que, por ejemplo, en el caso de “capitalismo” (por la repetición de la escuela o pensamiento de izquierda) se ha asociado peyorativamente con todo lo que tenga que ver con la corrupción de una empresa o persona rica, influyente y con poder que se vale de sus recursos para seguir adquiriendo riqueza a costa de unas pobres víctimas inocentes que nos gusta llamar pobres o ciudadanos normales. En el caso de “liberal” éste término se malentiende con alguien de comportamientos arbitrarios o libertinos o se asocia pseudointelectualmente con la persona que pretende desviar los recursos públicos al sector privado. Esto último es simpático puesto que lo que realmente sucede es siempre lo opuesto. El Estado no produce ninguna riqueza y todos sus recursos provienen principalmente de el sector privado, y con privado se entiende no sólo grandes empresas sino todo individuo sometido al Estado. Claro, otros recursos provienen de monopolios del Estado (por ejemplo: PEMEX). Por anarquista se entiende “aquel que se opone a cualquier orden”, y eso no puede ser más falso (amerita profundizar, pero aquí no lo haré). Hace poco escuché en una entrevista en radiofórmula, con Ciro Goméz Leyva a un supuesto especialista que decía que los vándalos del 1 de Diciembre se comportaban así porque era parte de su ideología anarquista. Es verdad que muchos de esos vándalos se consideran anarquistas y agentes del caos (digamos que más que una ideología es en realidad una forma de sacar sus frustraciones personales), pero el peligro de estos supuestos especialistas es que aparecen asociando las acciones violentas y radicales con el anarquismo, y esto no necesariamente es así. Yo hoy me considero miniarquista y considero el anarcocapitalismo, pero me he inclinado desde hace tiempo por el anarquismo en general y jamás en mi vida he dañado la propiedad ajena de nadie y aunque a veces he violado algún mandato o prohibición: como no usar cinturón de seguridad o consumir o usar alguna cosa o sustancia prohibida (ya que considero que eso es exclusivamente mi decisión), normalmente no suelo andar quebrantando leyes y menos las que tienen que ver con el respeto al derecho ajeno INDIVIDUAL (no colectivo, no existe derecho colectivo). En fin, sólo añadía algo más a la discusión pero el punto es que cuando uno critica un impuesto, en este caso a los refrescos, que también podría haber sido un impuesto al azúcar o un mandato que racionara su empleo (como lo que sucede en USA). no está uno defendiendo a las empresas sino cuestionando al Estado y sus regulaciones que impiden que las empresas se esfuercen más para servir al consumidor (el impuesto al refresco afectará a último al consumidor, seas obeso o no pagarás más por el gusto de beber un pinche refresco), y por supuesto las regulaciones a veces se crean para favorecer a ciertas empresas. En fin… es bueno ser claro y responder a los que atacan tergiversando términos o argumentos con artículos como el de Esteban. ¡Saludos a todos!

  1. 2013/07/08

    […] en nuestro país ha sido la del rechazo al impuesto en bebidas azucaradas.  A través de varios artículos, declaraciones, podcasts y las redes sociales, logramos posicionarnos como un grupo que se oponía […]

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