Promoviendo la libertad en el 2013: 10 reglas generales, por Lawrence Reed

Entonces, ¿cuantos errores cometen de la lista de Richard Lorenc? Personalmente peco de varios, y algunos los considero difíciles de aplicar sin traicionar el compromiso con la libertad absoluta  Quizá alguien con preocupaciones mas deontológicas que pragmáticas lo ve de la misma manera. No obstante  aún los libertarios comprometidos al rigor académico podemos emprender misiones de difusión, para las cuales hay que entender que si lo que queremos es comunicar, tenemos que encontrar la mejor manera. La segunda traducción es un articulo que tomo de la FEE y que ofrece consejos para ser mejores portavoces del libertarismo. Algo así como la formula del chicharronero para atacar ecuaciones de 2do grado, pero para atacar argumentos falaces y plantar la semilla de la libertad a nuestro alrededor.

“Una resolución de Año Nuevo,” dice el viejo chiste , “es algo que entra un año y sale el otro.” Cierto para la mayoría de nosotros, la mayor parte del tiempo. Por eso, cuando 2013 se puso en marcha, decidí saltar el ritual de la resolución. En cambio, planee trabajar más duro, por más tiempo y de manera más inteligente en este año en aras de algo que sin lo cual no puedo imaginar la vida: libertad.

Aún siendo indispensable para el progreso de la humanidad, el futuro de la libertad no está asegurado. De hecho, en casi todos los frentes, la libertad ha estado en retirada desde hace años, su luz parpadea contra los vientos de la ignorancia, la irresponsabilidad, la gratificación a corto plazo, y la lujuria del poder. Es por eso que es aún más importante que nosotros, los que creemos en la libertad, nos volvamos portavoces más eficaces.

Reglas básicas:

Con ese fin, ofrezco una lista del “top ten”. Estas reglas de oro no aparecen en ningún orden en particular. Así que le dejo a usted, querido lector, decidir cuáles son más importantes. (Debido a que esto no está destinado a ser la última palabra sobre el asunto, invito a los lectores a añadir puntos a la lista)

1. Animate! La libertad es más que una circunstancia feliz. Es un imperativo moral, digno de cada onza de pasión que la gente buena pueda reunir. No se trata sólo de activarte en año electoral, o de responder a algún tema un día. Se trata de la diferencia entre la elección y la coacción, entre vivir tu vida o que otras la vivan por ti (y a tus expensas). Si la libertad se pierde, no podrá ser restaurada en tus tiempos, ni en el de tus hijos y nietos. Para resolver problemas, evitar conflictos y unir a las personas, no hay peor opción que la política y la fuerza, así como no hay mejor camino que la libertad para que florezcan la cooperación e intercambio pacíficos.

2. Aprende. Más precisamente, nunca dejes de aprender! Para ser un persuasor eficaz, no hay sustituto para dominar los hechos y las fundaciones. Conoce nuestras ideas al derecho y al revés. Nunca se puede leer o escuchar demasiado de economía, historia o filosofía para ser el mejor persuasor del vecindario. Deja que el otro lado hable con calcomanías. Por tu parte, que tus armas sean la sustancia en lugar de consignas.

3. Se optimista. Es agotador y desalentador escuchar a los derrotistas hablar así: “Se acabó. La República se ha perdido. No hay vuelta atrás. Este arroz ya se coció. Me voy del país. “¿Qué sentido tiene hablar así? Ciertamente, no puede ser para inspirar. El pesimismo es una profecía auto-cumplida. Los pesimistas sólo se desarman y desaniman a otros, no hay nada que ganar por esta vía. Si realmente crees que todo está perdido, lo mejor que puedes hacer es ceder ante la posibilidad de que quizá estas equivocado y dejar a los optimistas el camino. (Eso significa dejar el pesimismo en la puerta)

4. Usa el humor. Hasta un negocio serio necesita momentos de frivolidad. Condimentar tu caso con humor puede hacer que se vea más atractivo, más humano. Si no puedes sonreír mientras desarrollas el argumento por la libertad – si no puedes evocar una sonrisa o una carcajada en la persona con la que estás hablando, entonces vas por el camino de la derrota en esa batalla. El humor rompe el hielo.

5. Formule preguntas. No tienes que dar una conferencia a cada libertario en potencia. Aprende a implementar el método socrático, sobre todo cuando estás conversando con un ideólogo estatista rígido. La mayoría de las veces estas personas mantienen sus puntos de vista no porque estén familiarizados con el pensamiento libertario y la hayan rechazado, sino porque simplemente no conocen nuestro lado. Un buen combo de cuestionamientos pueden llevar a una persona a pensar en sus premisas en formas que nunca antes había hecho.

6. Muestra que te importa. Se dice que a la gente no le importa lo que sabes, si no saben que te importa. Céntrate en personas reales cuando defiendas la libertad. Las leyes y políticas hostiles a la libertad producen mucho más que un mal resultado, sino que aplastan los sueños de personas que verdaderamente quieren mejorar sus vidas y las vidas de sus seres queridos. Cita ejemplos de personas y lo que les sucedió cuando el gobierno se interpuso en su camino de progreso. Dicho esto, tampoco hay que quedarse en lo negativo. De igual manera es necesario citar ejemplos de lo que personas concretas ha realizado cuando se les ha dado la libertad para intentarlo.

7. Utiliza la ventaja moral. El arreglo socio-económico de la libertad exige un alto nivel en el carácter moral. Éste no puede sobrevivir si la gente es deshonesta, impaciente, arrogante e irresponsable,  cortoplacista, y que es irrespetuosa hacia la vida, los derechos y la propiedad de los demás. Esta verdad dice mucho de la superioridad moral de la libertad sobre todas las demás “sistemas”. La humanidad está compuesta de individuos únicos, o es una masa amorfa y colectiva que puede ser empujada por elitistas que se creen los amos y los planificadores. Cualquier arreglo que hace puré nuestras vidas en una licuadora colectivista es una ofensa moral. Usa este argumento para atacar en el corazón mismo del argumento de tu oponente.

8. Desarrolla un carácter atractivo. Un libertario que conoce todos los hechos y teorías puede ser repulsivo e ineficaz si es condescendiente, vengativo, crudo, creído, y a menudo modo “ataque”. Por esto es que el clásico Dale Carnegie, Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, debe estar en la lista de “lectura obligada” para cada libertario. ¿Quieres cambiar el mundo o simplemente vanagloriarte? ¿Hablar con otras personas o hablar contigo?Recuerda bajarle bajarle a la negatividad! Algunos libertarios sólo hablan de malas noticias. Estas son las personas que no pueden ver nada bueno sucediendo en ningún lugar. Esta actitud parece decir, “deja de divertirte. La única buena noticia es que no hay ninguna. Si parece que es una buena noticia, te voy a decir por qué no lo es”. Esta actitud rara vez gana adeptos. Los héroes y las historias heroicas están a nuestro alrededor, no los ignores por clavarte canalladas y decepciones.

9. No exijas aceptación total e inmediata. ¿Alguna vez te has topado con un libertario que dice que a menos que confieses completamente todos tus pecados intelectuales y te arrepientas en el lugar, eres un paria? La historia del progreso en las ideas proporciona pocos ejemplos de se transformaciones de mal-en-todo a bueno-en-todo en un momento. Debemos ser pacientes y cordiales, y comprensivos. Saber cuando están apareciendo grietas en el muro de un oponente y darle espacio para que se colapse por sí mismo. Recuerde que todos tenemos hoy en día puntos de vista que no aceptamos en el pasado. Ninguno de nosotros salió del vientre con un ejemplar de Camino de Servidumbre bajo el brazo.

10. Hacer aliados, no enemigos. Un puñado cerrado e ineficaz -pero ruidoso- de libertarios se creen árbitros de la fe. Se comportan como si el mayor enemigo no son los que no abrazan preceptos libertarios en absoluto, sino más bien aquellos que abrazan muchos, pero no todos los preceptos libertarios. Por eso, cuando se encuentran con un compañero libertario que una vez tenía un punto de vista diferente, o se aparta de la ortodoxia sobre un tema o dos, comienzan a difamarle. Les hace sentir bien, pero va en contra de la causa mayor. Si decimos que queremos que el mundo sea un lugar mejor y más libertario, no podemos hacer doloroso que alguien se mueva en la dirección correcta.

Esteban

Minarquista de Mercado. Politólogo e Internacionalista por el CIDE, Ma. en Economía Política por King´s College London. Moderado entre los radicales y radical entre los moderados. Interés en filosofía moral y política, historia de las ideas, y análisis institucional. Yo también estuve allí cuando nació el MLM. @menosgobierno

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3 Respuestas

  1. RaC dice:

    Claro que cometo los errores de la lista anterior y mi tipo de personalidad me dificulta aplicar los consejos de Dale Carnegie, no es excusa es un gran problema de hecho. Pero estoy de acuerdo con los erorres y ahora con éstas recomendaciones. Agrego que me parece importante mostrar o exponer nuestros “procesos” y esto tiene relación con el punto 9 de este texto. Efectivamente no nacemos con una creencia o con un sistema de ideas o un código moral. Los adquirimos de forma pasiva o activa. Pasiva cuando no hacemos el esfuerzo por obtener un sistema de ideas sino que lo asimilamos del medio: familia, escuela, comunidad, etc. Activa cuando hacemos el esfuerzo, con un propósito claro por adquirir ciertas ideas, comprenderlas mejor o desecharlas. Ayn Rand lo explica mejor en alguna parte. A lo que voy es que a veces cometemos el error de divulgar nuestras conclusiones, en base a lo que sabemos o hemos experimentado o leído, pero efectivamente los otros pueden estar en otro proceso de aprendizaje. Así que es útil también mostrar el “PROCESO”, es decir: ¿cómo hemos llegado a aceptar o desechar ciertas ideas? No es fácil hacerlo porque implica hacer narrativa a ese proceso y eso puede ser como narrar un sueño ya que es un proceso o procesos más bien caóticos, “orgánicos” se puede decir. Es posible que algunos de ustedes hayan llegado a la idea X a través de una línea recta, pero muchos vamos transitando por un camino “retorcido” o “sinuoso”. Pero haciendo el esfuerzo por “sintetizar” ese proceso aquí es donde podemos dar una cara más humana, exponiendo nuestros viejos errores, aderezándolo con anécdotas, humor, etc. exponiéndonos como vulnerables y como personas en constante aprendizaje. Si bien los testimonios no son evidencia contundente (al menos yo no la acepto como tal), en este contexto si pueden ser útiles para estimular o apoyar el proceso de aprendizaje de otros. Entonces en ocasiones puede ser más útil e interesante contarle a otra persona cómo conocimos llegamos a adoptar o desechar una idea, más que a explicarle y argumentarle la idea en si.

    • Esteban dice:

      Aunque también hay que tener tacto para explicar el proceso! En ocasiones me emociona ver a alguien cuyo proceso se parece un poco al mio, y se me sale el “ajá! yo también creía eso pero en realidad estaba mal” Aunque es lo más sincero que puedo decir, algunas personas se ofenden, haha.

  1. 2013/02/26

    […] rato pensando cómo vender el argumento libertario de la mejor manera. Pensando en los errores y consejos que traduje hace poco, decidí presentar la versión más light del argumento. No hablé de justicia […]

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